Cáncer de próstata


Causa
El cáncer es una enfermedad en la que las células, que son los componentes básicos de los tejidos del cuerpo, se vuelven anormales. Estas células anormales se multiplican y pueden extenderse por todo el cuerpo.
El cáncer puede crecer en la próstata como una serie de pequeños tumores diseminados por toda la glándula prostática.
Los tumores generalmente se desarrollan en hombres mayores y crecen lentamente.
El cáncer de próstata puede desarrollarse en hombres más jóvenes, especialmente hombres afroamericanos y aquellos con antecedentes familiares de cáncer de próstata.
Algunos tumores de cáncer de próstata crecen lentamente, no se propagan y no conducen a la muerte. Sin embargo, algunos crecen rápidamente y se extienden a otras partes del cuerpo, lo que puede provocar la muerte.
Los métodos actuales para detectar y tratar el cáncer de próstata han llevado a mejoras en las tasas de supervivencia para esta enfermedad.
Al igual que muchos tipos de cáncer, se desconoce la causa exacta del cáncer de próstata. Sin embargo, existen algunos factores de riesgo conocidos que se han relacionado con un aumento en la probabilidad de desarrollar cáncer de próstata.
Edad:
- El riesgo de cáncer de próstata aumenta con la edad Antecedentes familiares (genética).
- El riesgo de desarrollar cáncer de próstata aumenta en los hombres que tienen un pariente de primer grado (padre o hermano) con cáncer de próstata.
- Los antecedentes familiares de cáncer de mama u ovario también son un factor de riesgo para el cáncer de próstata.

Síntomas
Durante las primeras etapas, el cáncer de próstata generalmente no causa síntomas. A medida que el cáncer progresa, los síntomas pueden incluir:
- Dificultades para comenzar y detener la micción
- La necesidad de orinar con más frecuencia de lo habitual, especialmente por la noche.
- Urgencia repentina de orinar.
- Goteo de orina
- Dolor o sensación de ardor al orinar.
- Sangre en la orina o semen
- Dolor durante la eyaculación.
- Dolor en la parte baja de la espalda, muslos o caderas

Diagnóstico
El cáncer de próstata se diagnostica mediante una combinación de pruebas, que pueden incluir:
- Examen rectal digital (DRE por sus siglas en inglés): el médico detecta cualquier bulto o área dura en la próstata al insertar un dedo enguantado en el recto.
- Examen de sangre para el antígeno prostático específico (PSA): es un análisis de sangre que mide la cantidad de PSA en la sangre, esta proteína se expresa normalmente en valores bajos, sin embargo, su concentración se encuentra frecuentemente elevada en hombres con cáncer de próstata; pudiendo además presentarse aumentada en estadios no cancerosos como agrandamientos benignos o inflamación de la próstata.
- Ultrasonido transrectal (TRUS): las ondas de ultrasonido se utilizan para visualizar la próstata.
- Biopsia: si las pruebas DRE o PSA son anormales, se puede tomar una biopsia. Se toman muestras pequeñas de la próstata y se examinan con un microscopio para detectar células cancerosas. Una biopsia es una forma definitiva de diagnosticar el cáncer de próstata.
Los hombres mayores de 50 años o que tienen más de 40 años y tienen antecedentes familiares de cáncer de próstata deben hablar con su médico acerca de las pruebas de detección de cáncer de próstata como parte de su examen de salud anual.

Tratamiento
Vigilancia activa
Algunos tumores de cáncer de próstata crecen muy lentamente. Es por eso que un enfoque de "vigilancia activa" puede ser el tratamiento adecuado para algunos hombres.
La vigilancia activa puede ser adecuada para:
- Hombres mayores o que tienen otros problemas de salud.
- Hombres con tumores de crecimiento lento que no desean experimentar los efectos secundarios del tratamiento.
- Hombres cuyo cáncer no está causando síntomas.
- Hombres que tienen un tumor muy pequeño que se limita a un área de la próstata.
- La vigilancia activa NO significa que se ignora el cáncer. Este enfoque incluye:
- Observación cuidadosa por parte del médico.
- Pruebas de PSA y DRE, generalmente cada tres a seis meses.
- Posiblemente una biopsia de próstata una vez al año.
- Si se presentan síntomas o el cáncer comienza a crecer más rápidamente, se puede recomendar el tratamiento.
Cirugía:
- La prostatectomía radical es la operación más común para el cáncer de próstata. El objetivo de esta cirugía es evitar que se extienda fuera de la próstata mediante la extirpación de toda la glándula prostática, los ganglios linfáticos asociados y parte del tejido que lo rodea.
- El cáncer de próstata no suele ser un tumor único. Es una serie de pequeños tumores diseminados por toda la glándula prostática, por lo que se extirpa toda la próstata durante la cirugía.
- Los riesgos son similares a los de cualquier cirugía mayor.
- Las complicaciones de la cirugía pueden incluir incontinencia e impotencia.
- La prostatectomía radical laparoscópica (PRL) utiliza varias incisiones más pequeñas para extirpar la próstata, lo que ofrece ciertos beneficios:
- Incisiones más pequeñas que resultan en menos dolor postoperatorio.
- Tiempos de recuperación más rápidos.
- La prostatectomía radical laparoscópica asistida por robot 1 (LRP asistida por robot) le permite al cirujano controlar los brazos robóticos para realizar la operación a través de varias incisiones pequeñas:
- Los resultados son similares a LRP, pero la cirugía puede tomar menos tiempo, provocar menos dolor y pérdida de sangre y la curación puede ser más rápida.
- Es posible evitar lesionar los nervios que corren a ambos lados de la próstata.
Radiación:
La radiación se usa para:
- Cáncer limitado a la próstata.
- Cáncer que se ha diseminado solo a los tejidos cercanos.
- Cáncer que no se extirpó por completo o que regresa
- Evitar que el cáncer avanzado se propague aún más
- Los efectos secundarios de la radioterapia pueden incluir incontinencia, problemas intestinales e impotencia.
Tipos de radioterapia
La radioterapia de haz externo (EBRT) administra haces de rayos X o electrones de alta energía desde el exterior de su cuerpo apuntando directamente a las células cancerosas al mismo tiempo que se evitan los tejidos normales circundantes.
Braquiterapia
Se colocan pequeñas semillas radiactivas en el tumor o cerca del mismo, lo que proporciona una dosis alta de radiación al tumor mientras reduce la exposición a la radiación en el entorno del tejido sano.
Las semillas son muy pequeñas y generalmente no causan molestias significativas.
Terapias Hormonales
La terapia hormonal se usa para el tratamiento del cáncer de próstata que continuó creciendo después de la cirugía o la radioterapia, o que ya está diseminado en el momento del diagnóstico.
Las células de cáncer de próstata necesitan hormonas llamadas andrógenos para crecer. En los hombres, el andrógeno principal es la testosterona. El objetivo de la terapia hormonal es evitar que su cuerpo produzca testosterona, que puede retrasar el crecimiento del tumor o incluso reducirlo, al menos por un período de tiempo. La terapia hormonal por sí sola no cura el cáncer.
Las opciones de terapia hormonal incluyen:
- Orquiectomía (castración quirúrgica): extracción quirúrgica de los testículos para eliminar la testosterona producida por los testículos.La terapia agonista / antagonista de la hormona liberadora de hormona luteinizante (LHRH) impide que su cuerpo produzca testosterona por los testículos.
- Antiandrógenos: evitan que la testosterona llegue a las células cancerosas.por inhibición enzimática o bloqueo de los receptores de andrógenos.
Otras terapias:
- Inmunoterapia: una vacuna contra el cáncer que estimula el sistema inmunitario del paciente para ayudarlo a atacar las células de cáncer de próstata.
- Terapias dirigidas a los huesos: se dirige a las metástasis óseas cuando el cáncer de próstata se ha diseminado a los huesos, incluidos los bifosfonátos, los radiofármacos y los anticuerpos.
- Quimioterapia: Utilización de fármacos, que ingresan sistémicamente al torrente sanguíneo con el fin de destruir las células cancerosas. Puede utilizarse si el cáncer se ha diseminado fuera de la próstata, es decir para pacientes con cáncer de próstata avanzado o resistente a la castración. Laquimioterapia mata las células cancerosas, pero no cura el cáncer. Los efectos secundarios pueden incluir pérdida de cabello, llagas en la boca, pérdida de apetito, náuseas y vómitos, recuento bajo de glóbulos blancos, moretones o sangrado fácil y fatiga.